DELEGACIÓN
PARA LAS MISIONES
La vocación salesiana es un don de Dios, vivido en el seguimiento de Jesucristo al estilo de Don Bosco, enfocado en la educación y evangelización de los jóvenes más pobres. Cada salesiano responde a esta llamada con una formación continua, que es gracia del Espíritu, actitud personal y pedagogía de vida. La formación se divide en dos etapas: inicial, que prepara al salesiano para la misión, y permanente, que asegura su dedicación continua a la misión entre los jóvenes.
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