Cada 12 de junio, el mundo se une en la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, una jornada necesaria y crucial para recordar la importancia de combatir esta problemática que afecta a millones de niños y niñas en todo el mundo. Este año, el lema central es ¡Cumplamos con nuestros compromisos: Pongamos fin al trabajo infantil!, haciendo un llamado urgente a la acción para acelerar los esfuerzos y alcanzar la meta de erradicar el trabajo infantil en todas sus formas para el año 2030.

El trabajo infantil se define como cualquier trabajo que, por su naturaleza o por las circunstancias en que se realiza, es peligroso, dañino o que priva a los niños de su infancia, de su educación o de sus oportunidades de desarrollo. Se estima que 152 millones de niños entre 5 y 17 años se encuentran en situación de trabajo infantil, una cifra alarmante que representa casi el 10% de este grupo de edad.

Las consecuencias del trabajo infantil son devastadoras para los niños y niñas, afectando su salud física y mental, su desarrollo educativo y social, y limitando su potencial futuro. Además, perpetúa los ciclos de pobreza y vulnerabilidad en las familias y comunidades.

La erradicación del trabajo infantil es una responsabilidad compartida que requiere del esfuerzo conjunto de gobiernos, organizaciones internacionales, empresas, sociedad civil y, en última instancia, de cada uno de nosotros. En este sentido, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil sirve como un recordatorio de los compromisos adquiridos por la comunidad internacional, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que establece como meta la eliminación del trabajo infantil en todas sus formas.

En este día tan importante, es fundamental reafirmar nuestro compromiso con la lucha contra el trabajo infantil y tomar acciones concretas para avanzar hacia un futuro en el que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de crecer y desarrollarse plenamente.

¿Qué podemos hacer?

• Reducción de la pobreza: Implementar políticas y programas que aborden las causas y brinden apoyo económico a las familias vulnerables.
• Acceso a la educación: Garantizar que todas las niñas y niños tengan acceso a una educación de calidad, relevante, inclusiva y que esté adaptada a sus necesidades y realidades.
• Promover el empleo de calidad y bien remunerado: Para los adultos progenitores.
• Establecer redes de protección social y generar una cultura de promoción y respeto a los derechos de la infancia: Acabar con las normas sociales y culturales que aún sostienen el trabajo infantil como la única opción de salir adelante o como una práctica aceptable.

Juntos, podemos construir un mundo más justo y equitativo donde todos los niños y niñas tengan la oportunidad de vivir una infancia plena, acceder a una educación de calidad y desarrollar todo su potencial.

¡No dejemos de luchar por un futuro libre de trabajo infantil!