Primera parada: Tocancipá, dejando nuestra huella salesiana en los concursos nacionales de bandas sinfónicas.
El 7 de septiembre de 2024, en el Colegio Salesiano León XIII, se celebró la Fiesta de la Gratitud Inspectorial, un evento profundamente significativo en el que la comunidad salesiana rindió homenaje al Padre Inspector John Jairo Gómez Rúa, SDB, y a todos los miembros de la comunidad salesiana que han trabajado en pro de la misión salesiana. Esta fiesta, llena de tradición, reconoce el esfuerzo y dedicación que ha fortalecido la misión salesiana, especialmente entre los jóvenes y los más vulnerables.
La ceremonia comenzó con una solemne eucaristía, presidida por el mismo Padre Inspector, quien aprovechó la ocasión para agradecer por el apoyo recibido y destacar el compromiso compartido en el cumplimiento de la misión de Don Bosco. Sus palabras recordaron a los presentes, que el servicio a los más pobres y jóvenes es el corazón del carisma salesiano.
Posteriormente, la Banda Marcial del Batallón Guardia Presidencial, rindió honores, no solo al Padre Inspector, sino a toda la comunidad salesiana. La jornada continuó con presentaciones artísticas a cargo de los estudiantes del grado once del Colegio Salesiano León XIII. Las actuaciones, bajo el cálido sol de Bogotá, generaron un ambiente de fraternidad y alegría, una hermosa apertura para lo que sería una celebración llena de nostalgia.
El talento de la comunidad educativa se hizo evidente en las actividades culturales, donde destacó el grupo de teatro del colegio con una presentación llena de energía, acompañada por la banda sinfónica que, con su música, añadió magia a la obra. El arte, la música y el espíritu salesiano se vivieron de una manera única, demostrando una vez más que en una casa salesiana, la cultura y la fe siempre caminan juntas.
A medida que avanzaba la fiesta, los honores y reconocimientos fueron entregados a sacerdotes, laicos y miembros de presencia jubilar, quienes han contribuido de manera significativa al crecimiento de la misión salesiana. El Padre Inspector, junto con el Padre Rafael Lasso, SDB, hizo entrega de estos homenajes en un ambiente cargado de nostalgia y gratitud, rindiendo tributo a aquellos que han dejado huella en la Inspectoría.
Y fue al final del evento, cuando las palabras del Padre Inspector tocaron el corazón de todos. Con un tono cercano y sincero, expresó su profundo agradecimiento por los seis años de servicio, resaltando los aprendizajes, los desafíos superados, y el amor que ha marcado su labor. "Mi corazón se quedó en Bogotá", dijo con una sonrisa, una frase que dejó una marca imborrable a quienes lo escucharon.
Esta fiesta fue más que una celebración, fue un reconocimiento al amor y la fraternidad que unen a la familia salesiana. El Padre Inspector, con su inconfundible carisma, ha dejado una huella profunda en la Inspectoría y en los corazones de quienes han trabajado a su lado. Su dedicación y servicio han sido un ejemplo de lo que significa ser un verdadero líder salesiano: alguien que acompaña, anima y fortalece la misión con amor y humildad.
En esta Fiesta de la Gratitud, no sólo se reconoció el trabajo del Padre Inspector, sino también el de una comunidad entera que ha decidido caminar junta, con la convicción de que el trabajo por los jóvenes más necesitados es, ante todo, una misión de amor. Mil y mil gracias Padre Inspector, así como nosotros nos vamos en su corazón, usted siempre vivirá en nuestro corazón salesiano.
Primera parada: Tocancipá, dejando nuestra huella salesiana en los concursos nacionales de bandas sinfónicas.
Reflexionamos sobre la formación salesiana y la importancia de la nueva "Ratio" en América.
Inauguramos una competencia de unión y fraternidad que refleja los valores salesianos en cada juego.